domingo, 10 de abril de 2011

Sin palabras.

Yo pensaba, pensaba mucho..., pensé que después de tantos días sin dirigirnos la palabra, sería el fin, el fin de todo, el fin de todo lo que en algún momento llegamos a tener. El fin de querernos, el fin de besarnos, el fin de hablar, el fin de nuestras miradas inquietantes, el fin de un bonito beso en la mejilla, el fin de susurrarnos en el oído ese bonito ``te quiero´´, el fin de sus bromas, que aunque me molesten , en el fondo me encantan.
Creí que todo acabaría, pero me equivoqué, muy equivocada que estaba yo. Esa noche estuvo él, ahí, delante de mis ojos, tan precioso como siempre, con esa mirada que me enloquece. Un susurro en el oído y una bonita palabra. No necesitábamos nada más. La que se equivocó era yo.

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