Creces. Te sientes que eres la única en este mundo, y sueles ser bastante egoísta, ya que te da igual lo demás, solo sabes distinguir que es bueno y que es malo para ti, pero lo haces inconscientemente.
Primer peluche. Te aferras a él, como si fuera la única persona que te comprende, te escucha y te ayuda. (Crees que tiene vida, y al cabo de los años te das cuenta que es un ser inerte) lo abrazas y le invitas a tomar el té con tus dos amigas; le preguntas si quiere algún pastelito o le preguntas que cuanto azúcar desea en el té.
Peter pan. Ver por primera vez la famosa película de Peter Pan, aquel niño que decide no crecer nunca y prefiere vivir en el país de nunca jamás, para vivir siempre rodeado de fantasía, cuando la escuchas y la ves, te decides por no crecer nunca y jugar siempre con tu peluchito y con tus amigas las queridas muñecas y por tomar el té todos los Domingo a las 17:00.
Pero desgraciadamente, crecemos, tomamos decisiones que no son como no crecer nunca, ni cambiar de barbie.
Todos necesitas un pequeño Peter Pan en nuestras vidas.
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